El sector legal se enfrenta al reto del modelo tradicional de facturación por hora. El auge de la inteligencia artificial generativa ha generado reacciones de optimismo y preocupación. Los optimistas creen que la IA puede mejorar la eficiencia y ayudar en la redacción de documentos y la revisión de contratos, pero algunos abogados temen que la proliferación de la IA debilite su ventaja competitiva, especialmente en los grandes bufetes que dependen de empleados junior para gestionar una gran cantidad de casos complejos. Una encuesta revela que aproximadamente un tercio de los bufetes británicos temen que la IA pueda tener un impacto negativo en sus beneficios y márgenes de beneficio, ya que la aplicación de la IA podría reducir el trabajo de los empleados junior, que suelen ser la columna vertebral de los despachos.